


Luego de la reunion espiritual y haber visto los logros viene el banquete temporal ya saben hnos todos los martes y viernes no falten
Luego de la reunion espiritual y haber visto los logros viene el banquete temporal ya saben hnos todos los martes y viernes no falten
A modo de comparación, me gustaría compartir una experiencia personal.
Mientras seguía estudios superiores tenía un trabajo de verano en un laboratorio nacional de investigación.
Para mi segundo trabajo de verano en el laboratorio se me entregó una autorización de seguridad de elevado rango, se me dio una nueva placa de identidad, y se me capacitó en complicados procedimientos para cerrar gavetas y cajas de seguridad que tenían cerraduras complicadas. Estaba emocionado por la nueva distinción y anuncié a todos mis compañeros que ahora yo estaba disponible para “trabajo clasificado”, dando a entender que ahora podría trabajar en proyectos que requirieran esta alta autorización de seguridad. Como resultado, la mayoría de mis días en trabajo clasificado ese verano los pasé revisando la escritura de página tras página de aburrida documentación de seguridad. Después de algunos días en mi nuevo puesto, un compañero de trabajo que había realizado trabajo clasificado por muchos años debe haber leído mi rostro porque en son de broma comentó: “Nunca supiste que los secretos del gobierno fueran tan aburridos”.
Es fácil fantasear y tal vez sensacionalizar lo que sucede tas puertas de seguridad. En el caso de mi trabajo de verano, el trabajo clasificado que realizaba era realmente importante, pero carecía del prestigio, romance, o drama que yo buscaba como un joven de veintiún años.
El entrar al templo por primera vez fue, en muchas maneras, una experiencia similar. Se sentía maravilloso ahí, pero en su mayoría el templo no era nada extraordinariamente nuevo o diferente de lo que había aprendido en la iglesia toda mi vida.
Era como un paso adelante en la autorización de seguridad. Había llegado a un punto en mi vida en el que podía aceptar mayor responsabilidad y estaba deseoso de hacerlo, pero la obra religiosa que se llevaba a cabo en el templo, aunque es importante, parecía una extensión familiar a aquello que ya había hecho en mi vida hasta ese momento. Y aunque he venido apreciando el templo cada vez más con el tiempo, ocasionalmente me parece menos que sorprendente cuando dejo de tener “oídos para oír” (ver Mateo 13:9).
Boyd K. Packer continúa:
“Las ordenanzas y ceremonias del templo son simples. Son bellas. Son sagradas. Se mantienen confidenciales a fin de que no se den a aquellos que no están preparados. La curiosidad no es preparación. Un profundo interés tampoco es preparación. La preparación para las ordenanzas incluyen pasos preliminares: fe, arrepentimiento, bautismo, confirmación, dignidad, una madurez y dignidad merecedoras de alguien que viene como un huésped invitado a la casa del Señor”.
El templo es un lugar para que los miembros se comprometan más a llevar a cabo la obra de Dios. Vale la pena cualquier sacrificio para prepararse para entrar al templo.
Aunque es cierto que aquellos que participan en el templo acuerdan no divulgar lo que sucede dentro, aquellos que aún no han ido pueden estar seguros de que no es para evitar la acumulación de veintitantos que esperen en fila para estar en la emoción.
"En realidad, nunca sabemos nada de las enseñanzas del Evangelio sino hasta que hemos experimentado las bendiciones que se reciben al vivir cada uno de los principios".(Pte. Harold B. Lee, Stand Ye in Holy Places (Salt Lake City: Deseret Book, 1974, pág.215)
Otro excelente recurso de:
http://www.lds.org.ar/ServicioFlia/SocialEmocional/indexsocialemocional.htm
El Presidente Gordon B. Hinckley nació en Salt Lake City, Utah, el 23 de Junio de 1910.
El 2 de Noviembre de 2006 el Presidente Hinckley rebasó a David O. McKay como el presidente de la Iglesia de mayor edad, al pasar de 96 años y 132 días.
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En febrero de 2006, Stan recibió nuevos maestros orientadores. Su primera visita fue agradable, aunque él no mostró particular interés en el Evangelio ni en ningún asunto que remotamente se relacionara con temas espirituales. En la visita siguiente no ocurrió nada que cambiara las primeras observaciones de ellos, aun cuando Stan se mostró un poco más amable y amistoso. Sin embargo, la tercera vez que lo visitaron notaron un cambio visible en su semblante y su comportamiento; se quedaron muy sorprendidos porque, aun antes de presentarle el mensaje, él los interrumpió con una serie de preguntas inquisitivas.
En la conversación que tuvieron, también les contó las experiencias del mes anterior durante el cual él y su esposa habían comenzado a leer un capítulo del Libro de Mormón a diario.
El élder Bruce R. McConkie describió con elocuencia el tipo de despertar que Stan experimentó: “Aquí tenemos a un hombre que recibe un ejemplar de este libro bendito, comienza a leerlo y continúa… hasta que, después de haberlo leído todo, su alma hambrienta se llena con el pan de vida. No puede dejarlo de lado ni pasar por alto sus enseñanzas. Es como si las aguas de la vida fluyeran al yermo desierto de su alma, calmando esa sensación de aridez y vacío que hasta entonces lo había separado de su Dios”.
Aquel hecho les hizo recordar a los maestros orientadores el extraordinario poder del Libro de Mormón y lo real que es la influencia del Espíritu del Señor cuando leemos sus páginas sagradas. También comprendieron mejor las palabras del Profeta José Smith: “…que el Libro de Mormón [es] el más correcto de todos los libros sobre la tierra… y que un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro”.
La sed que Stan tenía de aprender, y su redescubrimiento del Evangelio restaurado, lo llevaron a leer más de un capítulo por día y a incluir la oración ferviente y la profunda introspección de su alma. Para aquellos que a veces les preocupa si el Señor realmente oye sus oraciones, el Salvador nos recuerda lo siguiente: “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará buenas dádivas, por medio del Espíritu Santo, a los que se lo pidan?”.
Nuestro amado profeta, el presidente Gordon B. Hinckley, también nos ha aconsejado: “No pueden hacerlo solos… Necesitan la ayuda del Señor, y lo maravilloso es que tienen la oportunidad de orar con la expectativa de que sus oraciones se escucharán y se contestarán… Él está presto para ayudarnos”.
En agosto de 2006, Stan se aventuró a ir a la reunión sacramental de su barrio junto con su siempre fiel esposa, ésa era su primera reunión a la que asistía en cuarenta y cinco años. Allí, con humildad y una oración en el corazón, escuchó las sencillas oraciones sacramentales que ofrecieron los jóvenes presbíteros. Al no sentirse digno y percibir en parte la profundidad y el significado de esa ordenanza tan sagrada, reflexionó honda y dolorosamente y se abstuvo de comer el pan y tomar el agua durante varias semanas.
Hace muchos años, en un conmovedor testimonio, el presidente Joseph Fielding Smith dijo: “En mi opinión, la reunión sacramental es la más sagrada, y la más santa, de todas las reuniones de la Iglesia. Cuando medito sobre la reunión del Salvador y Sus apóstoles en aquella noche memorable en la que presentó por primera vez la Santa Cena… mi corazón se llena de asombro y me siento conmovido. Considero que aquella reunión fue una de las más solemnes y maravillosas que ha tenido lugar desde el principio de los tiempos”.
Stan continuó estudiando, orando, asistiendo a la Iglesia y recibiendo consejos y aliento apropiados de sus maestros orientadores, y al fin llegó el día en que, con regocijo, sintió que estaba listo para extender la mano y participar de la preciada Santa Cena. Cuando tomamos la Santa Cena con dignidad, reflexión y reverencia, eso nos permite ser “participantes de la naturaleza divina” gracias a la expiación de Cristo y al poder del Espíritu Santo.
Al volver a la actividad en la Iglesia, Stan recibió un llamamiento y unos meses después lo ordenaron élder. En julio de 2007, él y su esposa se arrodillaron ante el altar de la Casa del Señor y, por la autoridad y la ley eterna de Dios, se casaron por esta vida y por toda la eternidad.
EN ESPAÑOL
AQUI PARA QUE SE DELEITEN CON EL HIMNO :D