En los años que la gente ha estado meditando esa respuesta, se han grabado en sus mentes algunas ideas constructivas. La historia adecuada ilustra y clarifica las ideas de tal manera, que a veces las hace más valiosas que el propio acontecimiento. Los conceptos útiles primero deben ser claros, y así pueden penetrar nuestras mentes con una profundidad cada vez mayor y aumentar de esta manera la eficacia su influencia.
No hace mucho, otro “doctor de la ley” hizo una pregunta. Después de alguna discusión y confusión sobre algunos problemas personales, dijo en substancia:
Esta es una pregunta que nos da en qué pensar, y no siempre podemos hallar la respuesta correcta. Así como nos es difícil en una película determinar quién es el “villano” y desenlazar el misterio, en igual manera se nos dificulta distinguir entre nuestros amigos y enemigos en la vida. Jesús fue el mejor amigo que la gente de esta tierra ha tenido, y sin embargo, en su propia época, así como en la nuestra, no siempre se le reconoce como tal. Una de las desgracias comunes de la experiencia humana es la “identificación errada”. El lobo que anda entre nosotros con vestido de oveja es ocurrencia diaria, y con la misma frecuencia la gente le vuelve las espaldas a sus mejores amigos sin darse cuenta de ello.
Los amigos y los enemigos, igual que las bendiciones, a veces llegan disfrazados. Pero aun sin el disfraz, es pésima nuestra habilidad para reconocer a unos y otros. No siempre reconocemos a nuestros padres o directores religiosos en su verdadero aspecto. Al mismo tiempo, permitimos que el enemigo con los más ridículos disfraces infiltre nuestras filas y nos robe de nuestras bendiciones sin que nos demos cuenta siquiera de que las estamos perdiendo.
“¿Quién es mi enemigo?” es una pregunta muy oportuna.
Si nos ponemos a reflexionarla quizá podremos desarrollar nuestra habilidad para identificar y reconocer. Tal vez una ilustración más nos ayude a clarificar algunas ideas.
Una de las historias más instructivas de cualquier edad, es la de Marco Antonio, amigo de Julio César. Un grupo de treinta y ocho conspiradores acababan de asesinar a César con la intención de apoderarse del gobierno del Imperio Romano. Entró entonces en la escena Marco Antonio, y tras una arenga muy eficaz durante los funerales de César arrebató la iniciativa a los conspiradores.
Entonces Antonio y Octavio César organizaron sus fuerzas y dieron principio a una larga y reñida contienda para lograr el dominio.
Plutarco, el gran moralista e historiador griego, contemporáneo de Antonio, nos relata como éste, dotado de oratoria convincente, lógica, valor y habilidad para dirigir grupos de hombres, quitó el mundo a los conspiradores.
¿Y quién es mi prójimo?
Marco Antonio pasó de un éxito a otro y llegó a ser quizá el hombre más ilustre y potente de su época.Venció toda dificultad. Soportó las marchas más arduas; vivió por largos períodos sin más comida que insectos y la corteza de árboles. Compartió estas extremas dificultades con sus hombres en medio de un ánimo asombroso. Se granjeó la incuestionable lealtad y devoción de sus soldados, los cuales estaban dispuestos a seguirlo en cualquier empresa.