Instrucciones
1 Desarrolla un equipo de miembros de la congregación que esté dispuesto a acercarse a los miembros inactivos de la iglesia. Divide la lista de esos miembros en el equipo para realizar contacto personal. Prepara a los miembros de la iglesia con información sobre los recursos de la misma, como grupos de apoyo para divorciados o para aquellos afligidos por la muerte de seres queridos. Esta información es beneficiosa para aquellos miembros inactivos que estén atravesando situaciones difíciles.
2 Llama a los miembros inactivos. Descubre por qué han dejado de asistir, pero hazlo de una manera cariñosa, ofreciendo oración y recursos de la iglesia para cualquier problema personal o familiar. Reitera que sólo llamas por preocupación y hazles saber que se los extraña. Debes estar dispuesto a compartir experiencias similares que hayas tenido, como parte de tu pasado en la iglesia. Procede a compartir las bendiciones que has conocido desde que volviste a tener un rol activo en la iglesia.
3 Separa un tiempo para encontrarte con los miembros inactivos en persona. También, ofrece los servicios del líder de la iglesia, ya sea con una visita o una entrevista para consejería si fuese necesaria. Invita a los miembros a tomar un café u ofrece hacerles una visita en su casa. Habla con ellos y ofréceles apoyo amoroso para cualquier nuevo desarrollo en sus vidas personales o sus deseos de dejar permanentemente la iglesia. El contacto cara a cara puede ser mucho más efectivo que las llamadas telefónicas.
4 Invita a los miembros inactivos a futuras actividades de la iglesia, como comidas comunitarias, eventos vacacionales, o pequeños grupos de ministración. Ofrece ayuda con el transporte o guardería si hace falta. Incentiva a los miembros inactivos para que se involucren más en la comunidad de la iglesia, que es de ayuda y emocionalmente reconfortante. Encuentra formas de comunicar esa verdad. La idea es que, a medida que un miembro de la iglesia se vuelve más fiel en su andar espiritual, aumenta el entendimiento y se fortalece la fe.
“A través de actividades, los jóvenes encuentran oportunidades de servir a los demás”,
“Llegan a ser una gran bendición para los miembros de sus familias y la comunidad. Aprenden por sí mismos sobre la veracidad de la promesa del Salvador, ‘todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará’ (Mateo 16:25)”.
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