"Ningún dolor padecido, ninguna prueba experimentada carece de valor. De cada circunstancia aprendemos algo, contribuye al desarrollo de cualidades tales como la paciencia, la fe, la fortaleza y la humildad.Todo lo que sufrimos y todo lo que soportamos, sobre todo cuando lo hacemos pacientemente, edifica nuestro carácter, nos purifica el corazón, nos magnifica el alma y nos hace más sensibles y más caritativos, más dignos de ser llamados hijos de Dios. y es mediante los pesares y el sufrimiento que adquirimos la instrucción por la cual vinimos acá."
(Élder Orson F. Whitney, citado en Improvement Era marzo 1966, pág. 211)
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