Dios está a la cabeza
El presidente M. Russell Ballard enseñó: “A través de los siglos, los profetas han cumplido su deber al advertir a la gente de los peligros que les acechan. Los apóstoles del Señor tienen la obligación de velar, advertir y tender una mano para ayudar a aquellos que buscan las respuestas a los interrogantes de la vida” (“Dios está a la cabeza”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 25).