VEN Sígueme 2020, HELAMÁN 7 al 12/“ACORDARSE del SEÑOR” del 24 al 30 de Agosto, no olviden compartir y suscribirse.
El padre de Nefi, Helamán, había exhortado a sus hijos a “recordar, recordar”: él deseaba que ellos recordaran a sus antepasados, que recordaran las palabras de los profetas y, por encima de todo, que recordaran a “nuestro Redentor, el cual es Cristo” (véase Helamán 5:5–14). Es evidente que Nefi lo recordó, porque este es el mismo mensaje que él declaró “infatigablemente” (Helamán 10:4) al pueblo. “¿Cómo pudisteis haber olvidado a vuestro Dios?” (Helamán 7:20), les preguntó. Todo lo que hizo Nefi: predicar, orar, efectuar milagros y pedir a Dios que enviara una hambruna, fueron esfuerzos por ayudar a las personas a volverse a Dios y a recordarle. Olvidarse de Dios es de muchas maneras un problema mayor que el no conocerle, y es fácil olvidarse de Él cuando nuestra mente se distrae “en las cosas vanas de este mundo”, o cuando el pecado la nubla (Helamán 7:21; véase también Helamán 12:2). Sin embargo, nunca es demasiado tarde para recordar y “volve[rse] al Señor [n]uestro Dios” (Helamán 7:17), como lo demuestra el ministerio de Nefi.El padre de Nefi, Helamán, había exhortado a sus hijos a “recorda[r], recorda[r]”: él deseaba que ellos recordaran a sus antepasados, que recordaran las palabras de los profetas y, por encima de todo, que recordaran a “nuestro Redentor, el cual es Cristo” (véase Helamán 5:5–14). Es evidente que Nefi lo recordó, porque este es el mismo mensaje que él declaró “infatigablemente” (Helamán 10:4) al pueblo. “¿Cómo pudisteis haber olvidado a vuestro Dios?” (Helamán 7:20), les preguntó. Todo lo que hizo Nefi: predicar, orar, efectuar milagros y pedir a Dios que enviara una hambruna, fueron esfuerzos por ayudar a las personas a volverse a Dios y a recordarle. Olvidarse de Dios es de muchas maneras un problema mayor que el no conocerle, y es fácil olvidarse de Él cuando nuestra mente se distrae “en las cosas vanas de este mundo”, o cuando el pecado la nubla (Helamán 7:21; véase también Helamán 12:2). Sin embargo, nunca es demasiado tarde para recordar y “volve[rse] al Señor [n]uestro Dios” (Helamán 7:17), como lo demuestra el ministerio de Nefi.
El padre de Nefi, Helamán, había exhortado a sus hijos a “recordar, recordar”: él deseaba que ellos recordaran a sus antepasados, que recordaran las palabras de los profetas y, por encima de todo, que recordaran a “nuestro Redentor, el cual es Cristo” (véase Helamán 5:5–14). Es evidente que Nefi lo recordó, porque este es el mismo mensaje que él declaró “infatigablemente” (Helamán 10:4) al pueblo. “¿Cómo pudisteis haber olvidado a vuestro Dios?” (Helamán 7:20), les preguntó. Todo lo que hizo Nefi: predicar, orar, efectuar milagros y pedir a Dios que enviara una hambruna, fueron esfuerzos por ayudar a las personas a volverse a Dios y a recordarle. Olvidarse de Dios es de muchas maneras un problema mayor que el no conocerle, y es fácil olvidarse de Él cuando nuestra mente se distrae “en las cosas vanas de este mundo”, o cuando el pecado la nubla (Helamán 7:21; véase también Helamán 12:2). Sin embargo, nunca es demasiado tarde para recordar y “volve[rse] al Señor [n]uestro Dios” (Helamán 7:17), como lo demuestra el ministerio de Nefi.El padre de Nefi, Helamán, había exhortado a sus hijos a “recorda[r], recorda[r]”: él deseaba que ellos recordaran a sus antepasados, que recordaran las palabras de los profetas y, por encima de todo, que recordaran a “nuestro Redentor, el cual es Cristo” (véase Helamán 5:5–14). Es evidente que Nefi lo recordó, porque este es el mismo mensaje que él declaró “infatigablemente” (Helamán 10:4) al pueblo. “¿Cómo pudisteis haber olvidado a vuestro Dios?” (Helamán 7:20), les preguntó. Todo lo que hizo Nefi: predicar, orar, efectuar milagros y pedir a Dios que enviara una hambruna, fueron esfuerzos por ayudar a las personas a volverse a Dios y a recordarle. Olvidarse de Dios es de muchas maneras un problema mayor que el no conocerle, y es fácil olvidarse de Él cuando nuestra mente se distrae “en las cosas vanas de este mundo”, o cuando el pecado la nubla (Helamán 7:21; véase también Helamán 12:2). Sin embargo, nunca es demasiado tarde para recordar y “volve[rse] al Señor [n]uestro Dios” (Helamán 7:17), como lo demuestra el ministerio de Nefi.
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