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El gozo y las bendiciones de prestar servicio en una misión regular son tan sagrados para la persona que se hace difícil expresarlos con propiedad. Treinta y cinco años después que yo cumplí mi primera misión, recibí una carta de una familia a la que enseñé, pero que no bauticé. En la carta me decían que de los cuatro hijos de la familia que yo había conocido, ahora había cuatro matrimonios efectuados en el templo, tres misioneros regulares, tres obispos, una presidenta de la Sociedad de Socorro y una docena de nietos madurando y desarrollándose en el Evangelio. ¡Se podrán imaginar la emoción y el gozo que recibí al saber que había ayudado a encontrarlos y a enseñarles el Evangelio de Jesucristo!
Para gran parte de los santos esta conferencia era especial por que se daría el nombre de un nuevo consejero de la primera presidencia, el Presidente Eyring, y un nuevo apóstol, elder Cook. Sin embargo, en mi opinión, aun mas interesante es el hecho de que elder Walter F. Gonzalez fue llamado a la presidencia de los setentas en reemplazo de elder Cook que había sido llamado a apóstol.
La presidencia de los Setenta son siete autoridades generales entre las cuales ya se encontraba un latino, elder Claudio Costa, el cual fue ordenado a este llamamiento en agosto de este año, precisamente junto con elder Cook.
Resulta muy interesante esto, ya que ambos son relativamente jovenes: Elder Costa, nacido en Brazil en el año 1949 tiene 58 años, y elder Gonzalez, nacido en Montevideo en el 52, tiene solo 55.
En los últimos cinco años, se han ordenado a tres nuevos apóstoles, de estos, dos, elder Uchtdorf y elder Cook vienen de la presidencia de los setentas, sin embargo, no podemos pensar ni que existe una escala de servicio ni que los apóstoles vienen directamente de este quórum...
De hecho, no existe un orden jerárquico ni por antigüedad u otro motivo, ni siquiera en "escalamiento", como podría pensarse en primera instancia, es decir, no existe algo como que un líder llega al 2do quórum de setentas, luego pasa al 1ero, luego a la presidencia, y finalmente a apóstol. A modo de ejemplo, si hablamdos de antiguedad, elder Carlos H. Amado es 70 del primer quórum desde el 92, y elderes Costa y Gonzalez solo desde el 2001 y sin embargo, ya son presidentes del Primer Quorum. Por otro lado, en otro ejemplo, elder Robert C. Oaks estaba el año pasado en la presidencia de los 70 y sin embargo actualmente esta sirviendo en el 2do quórum, por lo tanto, aunque el hecho de que tengamos dos autoridades latinas en la presidencia del quórum de los 70's nos da como para soñar con que falta poco para que podamos tener un apóstol sudamericano por vía del "progreso" en el liderismo, la verdad, es que no se puede decir algo así.
Por otro lado, aunque como señale, de los tres últimos apóstoles (Uchdorf, Bednar y Cook) dos de estos provienen de la Presidencia de los 70's, Elder Bednar es un caso totalmente atípico considerando que el llego al apostolado a los 52 años sin pasar siquiera por los quorumes anteriores sino que directo de Setenta Autoridad de Area.
Bueno, de todas formas, en soñar no se pierde nada. Creo que este año, si no es la primera vez que hemos tenido una autoridad general sudamericana (latina para ser buena onda con mexicanos y centroamericanos, jejeje) en la presidencia de los 70's por lo menos será la primera en la que tenemos dos autoridades, por lo cual, el viejo sueño del Florecimiento de los Lamanitas y su vuelta al apostolado desde los tiempos de Samuel quizás se encuentran mas cerca que nunca. Personalmente, como trate de mostrar, no debemos ilusionarnos con que desde la presidencia de los 70's solo hay que esperar para que los llamen al apostolado, no creo que eso ocurra en el futuro inmediato, sin embargo, tengo la convicción que no tendremos que esperar mas que un par de décadas, posiblemente mucho menos, para poder ver sentado a una persona nacida y convertida en nuestros países dentro del Quorum de los 12 Apóstoles del Señor..
El presidente Eyring y el élder Cook fueron asignados a dar una breve conferencia de prensa entre las dos sesiones del sábado de la Conferencia General. Sus comentario serán publicadas después en el sitio de prensa [de la Iglesia].
Gracias a JPMarichal
Reconoce que ha pecado y siente un pesar sincero por lo que ha hecho.
Deja de hacer lo que está mal y se esfuerza por no volver a hacerlo nunca más.
Confiesa sus pecados al Señor y pide perdón. De ese modo, usted se desprende de una carga pesada. Si ha pecado contra otra persona, le pide también perdón a ella.
Restituye. Hace todo lo posible por corregir los problemas que sus actos hayan causado.
Guarda los Mandamientos. Obedecer los mandamientos de Dios le permite disfrutar del poder del Evangelio en su vida. El evangelio le dará la fuerza que necesita para abandonar sus pecados. El guardar los mandamientos comprende prestar servicio, perdonar a los demás y asistir a las reuniones de la Iglesia.
Acepta al Salvador. La parte más importante del arrepentimiento es darse cuenta de que el perdón se recibe gracias a Jesucristo. Es posible que haya sentido que Dios no perdonará los pecados graves, pero el Salvador padeció por nuestros pecados para que pudiéramos dejarlos atrás, incluso los más serios. El perdón, la paz, el consuelo y el gozo son el resultado del verdadero arrepentimiento.
Arrepentirse no siempre significa que hay que hacer grandes cambios. Con frecuencia, no requiere más que una mayor dedicación para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. El verdadero arrepentimiento no siempre sucede con rapidez; sea paciente con usted mismo mientras se esfuerza por hacer lo correcto y enmendar sus errores. Al arrepentirse, experimentará un cambio en su corazón; ya no tendrá deseos de pecar; llegará a saber que es un hijo de Dios y que no es necesario que siga cometiendo los mismos errores una y otra vez. Su deseo de seguir a Dios será cada vez más fuerte y profundo.
Nota:
“Todos cometemos errores.
A veces nos hacemos daño a nosotros mismos y herimos gravemente a otras personas sin poder reparar solos el daño causado; cometemos daños que no podemos arreglar por nosotros mismos; entonces nos sobreviene la culpa, la humillación y el padecimiento, los cuales no podemos sanar por nosotros mismos.
El poder sanador de la Expiación puede remediar aquello que nosotros no podemos solucionar.”
Extraido del folleto Misional “El Evangelio de Jesucristo”
VIA SATELITE 2007
DOMINGO 07 DE OCTUBRE